domingo, 6 de noviembre de 2011

El Circo #5: Atracciones recurrentes



A continuación os traigo fenómenos de la naturaleza que han hecho que algunas personas fueran protagonistas estelares del circo. Algunos trabajaron voluntariamente y otros obligados. A pesar de todo, los casos que aquí aparecen son permisibles para todas las edades. Me he encontrado con casos e imágenes bastante desalentadoras (no sé si he encontrado el adjetivo adecuado) de algunos freaks (cómo se les conocia a principios del siglo XX) y que podrían dañar la sensibilidad de la gente, por lo que me he evitado el ponerlas.

EL HOMBRE BALA

Un hombre bala es una persona que se expulsa a modo de bola de cañón desde un cañón especialmente diseñado para ello. El impulso no es proporcionado por la pólvora, sino por un muelle elástico o un resorte de aire comprimido. En su empleo para circos, la pólvora se puede utilizar para proporcionar efectos visuales y auditivos, pero no guarda relación alguna con el mecanismo que impulsa al hombre bala.

El hombre bala aterriza en una red horizontal, siendo su colocación determinada por los mecánismos clásicos. Su empleo al aire libre pueden también tener como lugar de aterrizaje una zona con agua superficial. El primer hombre bala fue en 1877 una muchacha llamada "Zazel" (Rossa Matilda Richter, que por aquel entonces solamente contaba con 14 años de edad). Un cañón de resorte creado por George Farini la lanzó, en un espectáculo creado por el P.T. Barnum Circus.
El actual récord del mundo para el lanzamiento más lejano de un hombre bala es de 56,54 metros, los que voló David "Bala" Smith. El lanzamiento fue realizado el 18 de mayo de 1998, en Kennywood Park, West Mifflin, Pennsylvania, Estados Unidos. Se estima que David Smith voló a unos 112 km/h en el lanzamiento que obtuvo el récord.

EL HOMBRE LOBO

Jesús Fajardo (37 años) es un mexicano que figura en el libro de Récords Guinness porque padece hipertricosis, una enfermedad heredada de su abuela que le provoca un exceso de vello corporal.
Entre los atractivos más publicitados por el Gran Circo Royal, que ofrece su espectáculo estos días, se cuenta la presencia de Jesús Fajardo, el ‘hombre-lobo’ mexicano, una persona cuyo rostro está cubierto completamente de pelo debido a una alteración genética conocida como hipertricosis.
Sus actuaciones sobre la pista están alejadas de cualquier tópico sobre el mito de los cuentos de terror y de cualquier falta de respeto hacia su persona, que rebosa amabilidad y un poco de timidez.


EL HOMBRE MAS PEQUEÑO

Con 54 centímetros de altura, Nelson de la Rosa se dio a conocer en circos y en Hollywood, donde actuó en películas como "La Rata Humana" y "La Isla del Dr. Moreau", esta última junto a Marlon Brando y Val Kilmer, en 1996.

En el 2004, el entonces pitcher de los Medias Rojas de Boston Pedro Martínez lo nombró su amuleto de la suerte, convirtiéndose en la "mascota" del equipo de béisbol estadounidense. De la rosa dejó un hijo de 9 años (de estatura normal), cinco hermanos y a su madre, Pura Concepción, quien tuvo un embarazo normal. Al nacer descubrieron que era del tamaño de la palma de una mano y tuvieron que alimentarlo con un gotero.

Por su buen humor y singular tamaño, De la Rosa se convirtió en figura frecuente en programas de televisión de todo el continente. También participó en decenas de anuncios comerciales para la televisión.

De acuerdo con sus explicaciones, la diferencia entre él y otro hombre diminuto era que su cuerpo lucía pequeño, pero sus proporciones eran totalmente normales, a diferencia de los enanos que se caracterizan por un retardo en el crecimiento de los huesos largos, principalmente las extremidades.

Nelson de la Rosa participó siendo la estrella de un circo y fue criticado por muchos. ¿Qué hace un hombre que actuó junto a Marlon Brando y se codeó con Val Kilmer en un circo?, se le preguntó. "Me gusta el circo", respondió. "¿Un retroceso? No, es mejor, hay más contacto con la gente".

EL HOMBRE MAS ALTO

El Circo de Italia tiene entre sus atracciones más llamativas un personaje que causa asombro a todos. Su nombre es Nicolai Zabolotniy, el hombre más alto del mundo con 2 metros 40 de estatura.

De origen ucraniano, Zabolotniy llegó hace 10 años a Latinoamérica cuando un empresario colombiano lo invitó a un show y desde entonces ha estado recorriendo el continente con diferentes espectáculos, entre esos el Circo de Italia. Nicolai nació en un pueblo donde se producen productos sin químicos y fue jugador profesional de baloncesto durante 10 años, antes de llegar a América. En su familia no hay antecedentes de gigantismo y todos son de estatura normal. Su dieta es abundante, habitualmente almuerza 3 pollos, que dependiendo del tamaño pueden ser más, y 50 butifarras para poder quedar satisfecho.

LA MUJER BARBUDA

La vida de Julia Pastrana estuvo teñida de tragedia. Nacida en México en 1834, se convirtió en la primera mujer barbuda que retrató la literatura médica y en uno de los casos más famosos de hipertricosis, un raro síndrome que le hacía tener el cuerpo cubierto de abundante pelo oscuro. Su misteriosa condición la convirtió en un fenómeno de circo, paseada como un monstruo por su propio marido. Los médicos que la conocieron le hicieron un diagnóstico brutal: ni siquiera la consideraron un ser humano, sino que creían que era el fruto de una relación antinatural entre un humano y un gorila.

EL HOMBRE ELEFANTE

El Hombre Elefante existió y se llamó Joseph Merrick (1862-1890). Nació en Inglaterra y recibió este apodo por terribles deformaciones en su cuerpo a causa del Síndrome de Proteus.

No obstante, lo más fascinante de este hombre no fue el valor científico del descubrimiento de su rara enfermedad, sino el digno ejemplo materializado en su conducta ética para asumir la vida; pues a pesar de su tragedia corporal y la agresión social que padeció, siempre demostró un espíritu genuinamente noble hacia las personas, provisto de una sensibilidad que nunca cedió espacio a la amargura.

Junto a estas virtudes, fue valiente al luchar contra sus limitaciones físicas, ya que por su origen humilde y la muerte de su madre, desde los 11 años tuvo que trabajar en la calle para sobrevivir. Fueron estos esfuerzos los que más tarde le acreditaron el reconocimiento de su país.

En 1980 una extraordinaria película nominada al Oscar rindió tributo a quien con el avance de su anomalía halló en el circo el último medio de supervivencia. Allí se ven los abusos de sus explotadores, el sadismo de las multitudes que iban a verle y la heroicidad de sus compañeros del circo, tan anormales y maltratados como él (los enanos, la mujer barbuda, los mellizos siameses, entre otros), fueron éstos los únicos en protegerlo y brindarle el trato digno que la gente “normal” jamás le dio.

Joseph pasó sus años finales en el Royal London Hospital, entre el afecto y la admiración de su comunidad; allí mostró inteligencia y cultura excepcionales, así como un especial talento de poeta que atrajo a la Princesa de Gales a su elenco de ilustres visitantes.

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