Título: La canción de los vivos y los muertos
Autora: Jesmyn Ward
Tapa blanda, 260 páginas
Editoriral Sexto Piso, 2018
Argumento
Jojo, de trece años, y su hermana menor Kayla viven con sus abuelos negros en una granja en la costa del Golfo de Misisipi, con la compañía siempre esporádica de su madre, Leonie, una mujer que desearía ser mejor madre de lo que es, atormentada y en ocasiones reconfortada por las visiones de Given, su hermano asesinado cuando era adolescente. Cuando el padre de Jojo y Kayla, un hombre blanco, va a salir de prisión –Parchman Farm, la misma penitenciaría en la que el abuelo de Jojo cumplió una condena injusta durante su juventud–, Leonie insiste en ir a recogerlo con los niños. Durante el azaroso viaje, Jojo, Kayla y Leonie deberán aprender a relacionarse como familia, y Jojo conocerá a Richie, otro niño con quien descubrirá el legado de la esclavitud y la importancia de reconciliarse con el pasado.
La canción de los vivos y los muertos es a la vez una novela de carretera, una novela de aprendizaje, un retrato del conflicto racial que aún hoy lastra las vidas de la gente corriente, y, ante todo, la pequeña epopeya de una familia y los fantasmas que la acechan.
Novela ganadora del premio literario más importante de Estados Unidos, el National Book Award, que por primera vez en la historia recibe dos veces una misma autora, La canción de los vivos y los muertos se convirtió en un fenómeno literario para los lectores y la crítica, que la citó unánimemente como una de las novelas del año y comparó a Jesmyn Ward con autores como William Faulkner, Flannery O’Connor o Toni Morrison.
Reseña
Iba con las expectativas muy altas al leer una recomendación de Margaret Atwood y descubrir que Jesmyn Ward era la única autora en ganar dos veces el National Book Award, pero mi experiencia ha sido bastante diferente de lo que esperaba.
Me ha parecido una novela bastante truculenta, por la época y las circunstancias que les tocaron vivir a ciertos personajes, pero además muy cruda por las elecciones y comportamientos de otros.
La novela tiene varios narradores: Leonie, su hijo Jojo y Richie, un niño que une pasado y presente. Leonie me ha parecido una mujer egoísta que no cuida de sus hijos y que, cuando lo hace, los perjudica seriamente. No le importa más que su propia felicidad.
En cambio, cuando Jojo nos habla, el nivel de dramatismo (al menos contado desde su punto de vista) parece reducirse ligeramente y nos da algo de tregua. Eso sí, nos muestra que han sido sus abuelos quienes lo han criado a él y a su hermana Kayla y que Jojo ha tenido que madurar muy rápido y no ha podido disfrutar de su niñez.
Hay dos escenas que transcurren dentro de un coche y que me hicieron sentir pánico a volver a montar en uno: los dos relacionados con la incompetencia de la madre y que parece saber bien poco de cómo actuar en ciertos escenarios.
La parte de racismo se ve muy bien reflejada tanto en la relación de Leonie con sus suegros como en la de Pa en su "trabajo" en la prisión. En ambas ocasiones, me hizo sentirme bastante avergonzada de la raza humana. Hasta los animales se comportan mejor con otros seres vivos que nosotros.
El toque que tiene como de realismo mágico me ha sorprendido y me ha enganchado casi más que la propia historia de Leonie. Dos personas que sin conocerse de nada se unen y terminan forjando un vínculo tan fuerte como el de hermanos. El giro que da su relación es algo que me dejó al borde de las lágrimas. No me lo había esperado para nada, pero demuestra el amor que se tenían.
En resumidas cuentas, es una historia que me costó terminar y que, si no hubiera sido por el club de lectura, habría abandonado. Con esto no quiero decir que no sea buena, pero ya os digo que su nivel de dureza hizo que la lectura se me hiciera cuesta arriba.
