Autor: Ernest Hemingway
Título: París era una fiesta
Debolsillo, 2014
Tapa blanda, 280 Páginas
Argumento
París era una fiesta, el primer escrito de Hemingway que vio la luz póstumamente, despliega el mítico panorama de la ciudad de París, la capital de la literatura americana hacia 1920. La obra es una mezcla fascinante de paisajes líricos y agudamente personales, con otros más contundentes y anecdóticos en torno a sus años de juventud en aquel encantado lugar en el que fue «muy pobre pero muy feliz», en un tiempo de ilusión entre dos épocas de atrocidad.
Reseña
Escritor americano, Ernest Hemingway fue uno de los grandes autores estadounidenses del siglo XX y es considerado como una de las figuras claves dentro de la novela contemporánea, siendo galardonado con el Premio Nobel de literatura en 1954.
Hemingway comenzó su carrera como periodista, escribiendo para el Kansas City Star, pero sus ansias de aventura y acción le llevaron a alistarse como conductor de ambulancias en la I Guerra Mundial. Durante la contienda fue herido de importancia y pasó tiempo recuperándose antes de retomar su carrera periodística como corresponsal extranjero.
Durante su época en París, Hemingway comenzó a escribir, aunque sin demasiado éxito, ya que Tres relatos y diez poemas (1923) o En este mundo (1925) no llamaron la atención de la crítica. Casado y con un hijo, Hemingway se ganaba la vida viajando como reportero o haciendo de sparring de boxeo, por poner un ejemplo.
En 1925 Hemingway escribió Fiesta, un relato del París bohemio que le valió su primer éxito, al que siguió Muerte en la tarde. Sin embargo, el verdadero salto de Hemingway a la primera línea literaria llegaría con Adiós a las armas (1929). A partir de ese momento comienza una nueva época en su obra, mientras sigue como corresponsal, siguiendo conflictos como la Guerra Civil Española, que tan bien reflejara en Por quién doblas las campanas.
Con el estallido de la II Guerra Mundial, Hemingway participó como periodista, llegando a participar en el desembarco de Normandía. Es de los primeros en pisar París, pero toda esa avalancha de acontecimientos desemboca en un parón creativo que duraría hasta 1950 con Al otro lado del río y entre los árboles.
Poco tiempo después, en 1952, Hemingway publicaría un cuento escrito ya en su finca cubana de Finca Vigía, con el que ganaría el Premio Pulitzer: se trataba de El viejo y el mar, inspirada por la isla de Cuba y sus gentes. En 1953 recibió el Premio Nobel de Literatura.
En sus últimos años siguió escribiendo pero su última y esperada novela nunca vio la luz, dejando sólo algunos nuevos cuentos y relatos. Ernest Hemingway murió en 1961 de un disparo en la cabeza, barajándose tanto la posibilidad de un accidente como la del suicidio. (LECTURALIA)
Nada acostumbrada a leer memorias de escritores, topé con este libro por casualidad en la biblioteca, investigando sobre libros que hablaran de los años 20. Al principio de leerlo, comenzó siendo algo pesaroso y aburrido pero cuando he leído la última página y he cerrado sus tapas me ha dado hasta pena porque Hemingway me ha entretenido sobremanera con sus vicisitudes en la ciudad del amor. Un jovencísimo escritor que luchaba por seguir adelante con una mujer y un niño, habiendo veces que la escasez de dinero le obligaba a mentir a su familia y darse largos paseos por los Jardines de Luxemburgo para ahorrarse su comida y que, según afirmaba, realzaba su percepción de las cosas.
Hemingway nos hablará de sus vivencias junto a personajes de la talla de Gertrude Stein, Ezra Pound o F. Scott FitzGerald (lo que me ha ayudado a comprender a éste último mientras leo sus novelas). Realmente sorprendentes.
Una buena manera de conocer el París de aquellos años. Una ciudad en la que todo el mundo era feliz, incluso pasando penurias.
Un libro ciertamente curioso y que no pasa desapercibido en cualquier biblioteca.
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